La enseñanza recíproca es una estrategia desarrollada por Palincsar y Brown (1984) con el propósito de reforzar la comprensión lectora. Esta estrategia involucra el trabajo en parejas por parte de los estudiantes, quienes interactúan a medida que van leyendo un texto, se plantean preguntas recíprocamente, discuten las respuestas y los contenidos de la lectura y tratan de solucionar problemas relacionados con la comprensión ayudándose mutuamente. Constituye una estrategia que intenta establecer una diálogo activo y relativamente extendido entre el docente y los estudiantes y entre los estudiantes y sus pares (Vela Izquierdo, 2002, p. 20).
En la enseñanza recíproca se enfatiza el aprendizaje cooperativo y colaborativo (Yarrow y Topping, 2001). El docente cede el control y asume el rol de facilitador y regulador de los aprendizajes, mientras los estudiantes participan activamente interactuando con sus pares o con el docente. En tal sentido, constituye una estrategia de enseñanza-aprendizaje centrada en el estudiante, fundamentada en la noción constructivista de cooperación entre pares y apoyada en la función del docente como mediador. Lo exitoso de esta estrategia se debe a la interacción que se genera durante el aprendizaje, el andamiaje aportado por los pares y el docente, la repetición significativa y el reciclaje auténtico de la información que se produce durante el desarrollo de las actividades.
Durante la lectura, se entabla un diálogo alternativo entre el docente y los alumnos para abordar la comprensión del texto mediante las siguientes estrategias: elaborar predicciones acerca de la lectura, formular preguntas sobre los contenidos, aclarar dudas y malas interpretaciones y resumir las ideas del texto leído. La paráfrasis, el uso del estilo indirecto, la formulación de preguntas, la verificación de la comprensión y la comprensión cooperativa, constituyen procedimientos adoptados por la Enseñanza Recíproca para estimular la interacción del docente con los estudiantes y la interacción entre pares (Michaels, 1995, en Habib Latha 2005); Palincsar y Brown, 1984; Vela Izquierdo, 2004). A continuación se explican someramente estos procedimientos.
La paráfrasis: se solicita a los estudiantes que parafraseen lo recién expresado por otros estudiantes o las explicaciones que el docente acaba de aportar. En el caso de la lectura se puede estimular la paráfrasis de conceptos y contenidos del texto. También se pueden parafrasear preguntas o utilizar la paráfrasis para aclarar el significado de vocabulario, frases o estructuras desconocidas, expresiones fijas y semi-fijas, modismos y proverbios. La paráfrasis contribuye a que los estudiantes reestructuren y recuerden contenidos, produzcan oraciones completas e incrementen su producción lingüística apoyándose en las nociones y realizaciones lingüísticas que acaban de leer o escuchar.
El estilo indirecto: en cualquier momento de la clase el docente puede solicitar a un estudiante que reporte lo que un compañero o el propio docente acaban de decir, o lo que el autor manifiesta en el texto. De esta manera, no solo se reciclan instrucciones, preguntas y contenidos, sino que se practican las diferentes formas del estilo indirecto en un contexto de comunicación real.
La formulación de preguntas: se insta a que los estudiantes formulen sus propias preguntas durante la interacción oral o durante la interacción texto-lector-contexto. El docente orienta las actividades de manera que los estudiantes se vean obligados a formular (se) y responder preguntas durante el desarrollo de una conversación u otra actividad, estimulando así la interacción oral, la generación de aclaratorias, el reciclaje y la ampliación de contenidos.
La verificación de la comprensión: se solicita a los estudiantes que verbalicen las instrucciones, conceptos o contenidos de una lección, posteriormente a la explicación o modelaje por parte del docente. La verificación de la comprensión puede realizarse solicitando la repetición, resumen o paráfrasis de la información, de esta manera el docente se asegura que las instrucciones o conceptos han sido comprendidos. Además de aportar tiempo adicional para la práctica de la lengua meta por parte de los estudiantes durante la clase, la verificación de la comprensión ayuda a que éstos automonitoreen su comprensión y sirve como actividad de apoyo y retroalimentación durante el aprendizaje de la LE.
La comprensión cooperativa: consiste en una forma de aprendizaje cooperativo durante la lectura e interpretación de un texto en LE. Los estudiantes y el docente se involucran en un diálogo a través del cual interactúan y desarrollan de manera colaborativa la interpretación de un texto dado a medida que proceden a su lectura de manera conjunta.
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